2 de febrero de 2017

Ya no

Echar de menos a alguien y decirlo
es la cosa más bella de este mundo,
pero deja de serlo cuando entiendes 
que te has quedado solo en el asunto.

Cuando no existe más el aliciente 
de saber que ilusionan tus palabras
comienzan por quedarse en la garganta 
y acaban no formándose en el pecho.

Y un buen día se encuentra uno de pronto
echando en falta echar de menos a alguien.


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