6 de enero de 2012

@microrrelato negro


Soltó el cuchillo y miró su pequeño cadáver.
Su boca sonreía, por primera vez en años.
Y comprendió que había matado
al único ser que le amó.

* * * * * *

Cómo has conseguido volver?,
preguntó con los ojos inyectados
a la mujer sonriente que apareció ante él.
Nunca podrás matar mi alma.


* * * * * *


Tras el crimen, el inspector recorrió las escuelas
de música hasta hallar la guitarra donde
la cuerda encontrada en torno a su cuello encajaba.



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